Como no podía faltar esta semana, Sofía Bracamonte disecciona magistralmente Kryptonita, la novela de Leonardo Oyola quien mañana se presenta en Espacio 73 para hablar de esta obra y de su adaptación a las pantallas nacionales a fines del año pasado. En esta previa especial te invitamos a conocer mejor este libro que lo inició todo.

 

Escribe: Sofía Bracamonte

La madrugada del lunes 29 de junio del 2009 todo marcha por los carriles normales en el hospital Paroissien. El nochero de guardia lleva más de 72 horas despierto, y no ha habido nada raro más que el pibe chorro muerto de rutina y un par de internas entre colegas, hasta que algo extraordinario ocurre: una banda de maleantes traen malherido a su líder, el Pinino, el famoso Nafta Súper. Resistiendo la descarga de más 400 joules de electricidad, Nafta Súper se mantiene con vida, y sus secuaces toman de rehenes al médico de guardia y a la enfermera para obligarlos a que resistan con ellos la agonía de su cabecilla hasta el alba. Sólo tienen que aguantar hasta el amanecer. Sus archi enemigos son el Pelado y su banda, que encima tienen de su lado a la policía bonaerense, quienes no tardan en llegar al hospital sitiándolos y amenazando con entrar a los tiros. Es matar o morir, nadie va a salir vivo de allí.

Así comienza y se sitúa la acción del libro, la oscuridad de una guardia precaria, un doctor totalmente pasado de roscas que no ve las horas de terminar para comerse una ensalada de ansiolíticos, la calle que no tiene piedad y se cobra la vida de los pibes villa, con consenso de la policía, y a través del soborno. Una realidad pestilente que se destapa página a página.

KryptonitaNaftaSuper-ELGLos buenos son los malos y los malos son los buenos, o mejor dicho, los héroes son los anti héroes, los que nacieron pobres en la villa y que roban para vivir, que viven en casillas y son a quienes no los van a visitar los personajes de televisión por no tener calles de asfalto. Y los malos, son los que tienen que perseguirlos, pero que a su vez roban y matan igual o peor.

La jerga de la villa atraviesa la voz de los integrantes de la banda y son ellos juntamente los que canalizan su historia y la del Nafta Súper. En esto Oyola prefirió no ser lineal: los narradores van intercalándose, contando partes del pasado y volviendo al presente, un presente donde no se puede hacer más que esperar, resistir el cerco policial. Al protagonista, el Superman de la Matanza, no lo escuchamos hablar sino en el final, mientras tanto sólo lo vemos con los ojos de sus mejores amigos, sus compañeros de andanzas: el Faisán, el Ráfaga, Lady Di, Juan el Raro, Federico y la Cuñatai Güirá, quienes son respectivamente Linterna Verde, Flash, La Mujer Maravilla, el Detective Marciano, Batman el señor de la noche y la Chica Halcón, en su paralelo del cómic.

Kryptonita es la octava novela de Leonardo Oyola, destacado alumno de Laiseca (palabras mayores) y la primera en saltar a la pantalla grande en el año 2015 de la mano de Nicanor Loreti. Publicado originalmente en el año 2011, la novela lleva varias reediciones y ganó el premio “Libro del 2011” en un certamen organizado por la Editorial Eterna Cadencia.

KRYPTONITA-2El autor se inspiró en los “Elseworlds” o los “What if” de DC y Marvel, historias que descolocan a los clásicos super héroes de sus lugares y de sus épocas habituales. Aquí la Liga de la Justicia está en el conurbano, en la guardia de un hospital de mala muerte. En este punto, como lectora de provincia, y para nada afecta al cómic, ni al western me sentí completamente atrapada en la narración, no pude largar el libro hasta terminarlo (en esto también tuvo mucho que ver el ritmo bastante agitado de la trama), y me sentí devuelta por un momento a mi niñez, cuando mi imaginario estaba lleno de animés, de héroes, de villanos (aunque los míos fueran los Caballeros del Zodíaco o Dragon Ball, pero vale). Me vi a las 4 am haciendo hinchada por los pibes del Pini, y abucheando a la cana, válgame el lenguaje coloquial. El misticismo del conurbano, un lugar inhóspito y salvaje para el que no conoce, lleno de códigos, de esquinas confusas, cautivó a esta riojana. El objetivo del autor se ha cumplido en la medida en que el lector no adepto al género pueda disfrutarlo, como fue mi caso; y en la medida en que quienes entienden los guiños y pistas puedan encontrarlas. No es de extrañar que se haya incorporado como lectura en universidades y colegios secundarios. Si hay un libro para introducir a un adolescente en la lectura, ese es éste.

Además de que no decae en ningún momento, tiene un humor particular y la construcción de las escenas las hace queribles y perdurables. Mientras se lee, uno le va poniendo la banda sonora, y va imaginando cada momento.

La literatura de Oyola es un híbrido original, una perlita en la literatura argentina contemporánea muy disfrutable y accesible, una perla del oeste de Provincia de Buenos Aires cuyo brillo resplandece.

Nico Vazquez