Ángeles Mendoza Herrera escribe esta semana sobre Los Idiotas, el film de Lars Von Trier que consiguió posicionarlo, en 1998, como el autor más inesperado y polémico del momento y al Dogma ´95 como un manera supuestamente viable de hacer cine. Von Trier nunca volvería a realizar un film que respetara de esta forma su famoso manifiesto pero Los Idiotas continúa siendo hasta el día de hoy el puntapié de su carrera y uno de sus films más celebrados.
Escribe: Ángeles Mendoza Herrera
Los Idiotas –Idioterne, en su título original*– es una película de 1998, podríamos decir sin género –o al menos difícil de etiquetar-, de Lars Von Trier, realizada dentro de lo que se llamó “Dogma 95”: un grupo vanguardista liderado por Von Trier y Thomas Vinterberg que plantearon un cine sin efectos.
Este film busca sacudirnos y polemizar, con un grupo heterogéneo que convive en una casona y cada integrante se ocupa de hacer “el idiota” de manera particular. Es decir, actúan como personas con problemas de retraso mental, y fundamentan que no lo hacen por burlarse sino como modo de transgredir el prejuicio social, su ética y su moral**.
Personalmente no creo haya burla desde el film pero sí considero que en sus personajes hay una idea de provocar o molestar al resto, divertirse y mofarse de ello, o por lo menos en ese fundamento intelectual y transgresor hay una cuota importante de goce por rozar en la normalidad del resto.
Advertencia: No es apto para fundamentalistas o políticamente correctos sobre cuestiones con las que se mete Von Trier.
Dogma 95 planteó: cámara al hombro, iluminación natural, improvisación actoral y nada de postproducción. Casi un video casero con celular, pero mejor.
Los idiotas son Stoffer, Susanne, Henrik, Jeppe, Ped, Miguel, Josephine, Axel, Nana y Katrine. Algunos con profesiones, familias y trabajos fuera de esa casona que ampara al grupo.
A ellos se les sumará Karen, una mujer sensible y simple que engañada en un acting de los idiotas en un restaurante se apiada y se enternece con uno de ellos y los acompaña hasta dar con la farsa.
La casona queda en un barrio de Dinamarca y pertenece a un tío de Stoffer, que le pide que se ocupe de venderla. A Stoffer esto le resulta indiferente por lo que decide usar la vivienda para sostener esta especie de comuna experimental.
Los idiotas actúan en distintos espacios públicos y privados: natatorios, fábricas, locales de comida, entre otros. Luego ríen y se admiran de las reacciones que lograron en su público, por llamarlo así. Al actuar de personas con retraso mental no se restringen ante el riesgo o consecuencias que podría causarles ante infracciones de leyes y normas sociales.
Se burlan -o dicen hacerlo- del sistema, del consumismo, la moral y las buenas costumbres. En el medio hay sexo explícito, llantos y reclamos amorosos.
El espectador que siga la película ira observando como los idiotas se ponen cada vez más transgresores, hasta que de repente se da un freno casi natural. Las dificultades que se presentan en el transcurso del film y que se acentuarán al final tiene que ver con ese afuera de cada participante del grupo, es decir de la vida personal de cada uno, o incluso los de afuera que están ahí, aunque no tengan relación directa. Lo que nos demuestra que, los de afuera, no son de palo.
Stoffer propone que para hacer que el idiota transgreda de verdad y de manera contundente, tienen que hacer el idiota en su casa, en su trabajo o con los amigos. Expresa que eso sería querer a su idiota interior de manera plena.
Plantean la idiotez como transgresión a la norma, como algo auténtico y espontáneo hasta que ocurre el desencanto de que no lo podían sostener a largo plazo.
Sumado a otras cuestiones internas, esto terminara por agrietar al grupo, donde solo de uno de ellos podrá decirse que se ha redimido, a través de una catarsis real –ya más que un acting- de la idiotez que causa la alienación de su sociedad para abrazar a su idiota interior.
La película será difícil de encuadrar en algún género determinado y seguramente genera distintas reacciones: desde la risa, la sensación del drama, el asombro o la total repulsión a lo que muestra Von Trier.
Quizá la película es un buen ejercicio que traza líneas sobre cuestiones como la idiotez, el arte, la sociedad, la intelectualidad al igual como la comuna de pseudo idiotas, que aunque falle, es un buen intento pero tan utópica como una comuna hippie.
¿Porque es utópico? Porque no consiguen cambiar nada de lo que critican o se oponen, después de todo terminan tan enajenados como cualquiera de nosotros.
Dogma puede resultar pretensioso con su manifiesto y su cuestión con ocultar el director tras un grupo o realizar este film experimental ficcionado. Aunque de todos modos, Dogma 95 –o Von Trier- parecen reírse incluso de aquellos que quieren salir -se-de la norma y no solo de los que están contentos en ella.
*La palabra idiota en su etimología con origen en Grecia refería a alguien privado o aislado de lo que pasa en lo común, por voluntad o no, que se cierra en sí mismo y rompe con la vida de la polis, es decir sin participar o tener interés en las cuestiones públicas y la política. El termino toma un matiz despectivo ya que estaba mal visto aquel que no participara de los asuntos de todos.
El término viro hacia lo que define hoy el Diccionario de la Real Academia Española:
- adj. Tonto o corto de entendimiento. Insulto.
- adj. Engreído sin fundamento para ello.
- adj. Propio o característico de la persona idiota.
- adj. Med. Que padece de idiocia.
- adj. desus. Que carece de toda instrucción.
**El planteo del film me hizo recordar a los experimentos de ruptura de la etnometodologia, presentados por el sociólogo Harold Garfinkel, quien dijo sobre ellos “he diseñado un procedimiento para romper las expectativas… la ruptura produce confusión, es decir, que la persona no pueda convertir la situación en un juego, en un chiste, un experimento, un engaño ni nada por el estilo”
Estos experimentos buscan romper con lo cotidiano de las relaciones sociales, para desnaturalizar los supuestos. Quizá uno de los propósitos, aunque ficcional válido, del film de Von Trier.
***El Manifiesto de Dogma 95 para quien quiera leerlo
http://extracine.com/2007/09/1995-manifiesto-dogma