Por segundo año consecutivo, el playón de la Vieja Estación se volvió a convertir en el escenario de la increíble Chaya de los Niños, el carnaval para los más chiquitos que reunió a más de 400 pequeños que chayaron, jugaron y aprendieron la cultura riojana.

Cuidar y entretener a 400 indiecitos que corren, saltan, se tiran harina y agua no es tarea fácil y eso lo sabe muy buen Laura Zapata, directora de Educación Artísticas de la Municipalidad de La Rioja, y su equipo de trabajo compuesto por docentes y maestras jardineras. Ellos son quienes organizaron e hicieron posible la sorprendente Chaya de los Niños, el evento de carnaval ofrecido a nuestros pequeños.

En dialogo con Yo Rioja, Zapata nos cuenta que es el segundo año consecutivo que la realizan, y con toda la experiencia del primero, este año se agregaron más actividades desde los talleres y duplicaron el número de niños y familias que participaron. Se calcula que unos 400 niños participaron del evento que se realizó en la explanada de la vieja estación de trenes, desde las 18:00 a las 21:00. Además, cada uno de los chicos acudió con alguno o varios de sus familiares: padres, abuelos, tíos a quienes se ofreció mate, brindis y dulces para pasar la tarde.

PH: Santiago Ruiz

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En total se organizaron cinco talleres que mantuvieron ocupados a los pequeños entre juegos y chayas: El taller de copleritos, dirigido por cantante Gloria de La Vega, donde se les enseñó algunas de las coplas y vidalas

PH: Santiago Ruiz

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tradicionales del carnaval riojano: la idea es que para el año siguiente se pueda armar un semillero de pequeños copleros. También hubo un taller de armado de pujllays, y uno de cajitas chayeras con las que luego acompañaban a quienes recitaban las coplas.

El Suspe (Subsecretaría de la juventud) colaboró con su equipo de trabajo en un taller de cerámica donde los niños recreaban los símbolos de la chaya: tinajas, cajitas y ramos de albahaca. Y finalmente el taller de pintura en el que debían pintar a las figuras del pujllay y la niña chaya.

Todos talleres se realizaban en grupos simultáneos que luego iban rotando entre ellos y entre los juegos. Todo lo que realizaron se lo pudieron llevar de recuerdo y lo que hacían era debidamente explicado en el “cuentaniños”, que estuvo a cargo de Anita Galleguillo y donde se le contó el significado de la chaya y sus símbolos como la harina, la albahaca y el agua.

La organización y la logística fueron impecables: contralando que todos los niños pasaran por cada taller a través de una cintitas en sus muñecas, de manera que todos pudieron jugar y aprender en orden y armonía.

DSC_6657Para destacar fue la notable presencia de familias de Buenos Aires, Córdoba y el resto del NOA, cuyos niños se fueron de la fiesta empapados de cultura riojana. Muchas familias llegaban a informarse sobre lo que estaba ocurriendo y se los invitaba a pasar por los talleres y disfrutar de una tarde de alegría y juegos.

El cierre fue con un topamiento, el cual también se les explicó con toda su parafernalia: la guagua, las coronas, el cumpa y la Cuma, etc. Incluso, quien se fue coronada como cuma de la chaya fue una niña de Buenos Aires. Por supuesto también hubo lugar para lo artístico: niños que bailaron folclore y malambo, y cantaron las canciones tradicionales y populares.

Como balance, la directora Zapata nos expresó la importancia de que los niños se acerquen al acervo cultural de La Rioja y destacó que mientras se realizaba el “cuentaniños” y se preguntaba a los pequeños sobre la chaya, fue sorprendente como muchos respondían. “Se nota la formación que traen desde la escuela y el acompañamiento de los docentes en nuestra cultura. Los niños bastante involucrados en el tema”, reflexionó Zapata.

PH: Santiago Ruiz

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