A 235 kilómetros de la capital riojana, una serie de pueblitos de casas de adobes rodeados de álamos y nogales, se extienden al pie del cordón de Famatina.
Las opciones contemplan un tranquilo paseo en coche por los pueblos recorriendo las capillas, museos, viñedos y plantaciones de nueces y manzanos; excursiones en 4×4 hasta la mina La Mejicana; y pesca deportiva en el dique de Chañarmuyo. Para aquellos que deseen segregar un poco de adrenalina, un vuelo en parapente en Cuesta Vieja, a 1600 metros de altura.
La ruta provincial número once, a 230 kilómetros de la ciudad capital, es un sinuoso camino entre las montañas que atraviesa una serie de pueblos de largos callejones con casas de adobe, escondidas entre de viñedos, nogales, al pie del cordón de Famatina. Carrizal, Angulo, Santa Cruz, Pituil, Santo Domingo, Famatina y otros, son los nombres de los pueblos que surgieron en épocas pasadas, cuando ilusionados mineros se instalaron en la zona en busca de oro de las montañas que rodean el valle.
Sueño dorado
Durante siglos la riqueza del oro y plata del cordón de Famatina hicieron de este valle, uno de los centros mineros más importantes de América latina que, a lo largo del tiempo atrajo a numerosas poblaciones. Allí donde hoy se levantan casas de adobe, piedra y ladrillos, en los siglos XVI y XVII tenían sus moradas los indígenas de la cultura Incaica, Aguada, Cienaga y Diaguita. Fruto de la milenaria avidez humana, han quedado siete kilómetros de ruinas del camino del Inca que se puede visitar en las afueras del pueblo de Campanas.
La característica principal de cada uno de estos pueblos, es que crecieron bastante poco a lo largo de los últimos siglos, y a pesar de ser muy pequeños – el más numeroso no supera los 1000 habitantes-, cada cual tiene su correspondiente iglesia de varios siglos de antigüedad, y religiosidad que en esta zona es prácticamente unánime, se refleja en las numerosas fiestas católicas celebradas en cada uno de ellos por igual.
Templos y capillas.
Las iglesias y capillas famatinenses conforman uno de los principales atractivos de la región y tienen un importante valor arquitectónico. Los templos de cada pueblo que, en su mayoría se erigen frente a la plaza principal, atesoran antiquísimas imágenes de la época colonial. La iglesia de San Pedro en el pueblo de Famatina conserva la imagen de un Cristo que fue traído desde el Perú en el siglo XVIII. Esta obra artística de tamaño natural, está hecha en cerámica, cuero y resina que permite -mediante un sistema de cuerdas-, la articulación y movimiento del cuello y los hombros. Esta imagen es centro de devoción popular en la Semana Santa, cuando la colocan en un ataúd de cristal extendiéndole los brazos en paralelo al cuerpo en el atrio del templo, y luego es llevado en procesión por las calles del pueblo.
La parroquia de San Pedro en Alto Carrizal fue construida en piedra cortada a mano por los habitantes del pueblo, a mediados del siglo pasado. Entre sus particularidades se destaca la forma, que es semicircular de su arquitectura y sus campanas de bronce con dibujos en bajorrelieve.
Entre los edificios religiosos más importantes de la región se puede visitar: la Iglesia de San José de las Campanas declarada monumento nacional, cuya patrona es la Virgen del Rosario; la iglesia de Santa Cruz, el templo de Pituil y su patrono San Isidro, aunque se venera una serie de imágenes más, una de ellas un óleo de Santo Domingo de Guzmán, que data de 1615 y que fue restaurado recientemente. En la iglesia de Plaza Vieja se venera el Cristo Pobre, una antiquísima imagen de Cristo que es el centro de devoción popular en la Semana Santa. En este pueblo también se realiza anualmente el pesebre viviente en los escenarios naturales del cerro La Cruz y atrae una gran cantidad de personas durante las vísperas navideñas.
La principal fiesta religiosa de la zona es la multitudinaria celebración del Niño de Gualco, que se realiza cada mes de diciembre, cuando la imagen es llevada procesión desde el pueblo de Angulo hasta la localidad de Famatina. El santuario es una pequeña casita solitaria, rodeada de álamos y un extenso jardín, al pie de una ladera del cordón de Famatina. La peregrinación se hace por ruta provincial número once, a lo largo de 30 kilómetros y recorre casi todos los pueblitos del departamento. A la orilla del camino se pueden ver una serie de construcciones de caña que sirven de refugio para los promesantes.
Los pirquineros
Uno de los circuitos más atractivos es el cerro Nevado de Famatina, con su magnética imponencia de sus 6.280 metros cubiertos por un radiante manto de nieve. A sus pies, en la zona de Playa Amarilla, Playa Ramblones y Mariposa de Oro es posible ver, aún hoy, el trabajo de los pirquineros. Estos ilusionados “lavadores de oro”, son pequeños productores mineros dedicados al lavado y recolección del preciado metal. La extracción se hace en forma manual, filtrando y seleccionando las partículas de oro –pirita- que baja con el agua de los deshielos, en una especie de coladores gigantes.
La Quebrada de Chañarmuyo
En las Sierras de el Famatina la naturaleza alterna profundos valles cubiertos de verde, ríos de agua dorada y cristalinos arroyos formados por los deshielos. Entre los lugares más bonitos está la quebrada de Chañarmuyo donde hay un dique, a 8 kilómetros al sudeste de Campanas, y se puede practicar la pesca de pejerrey y diversos deportes acuáticos.
Labores y sabores
Una singularidad de los pueblos de Famatina es que las casas están bastante separadas una de la otra y tienen a su alrededor mucho espacio verde y distintas clases de plantaciones frutales. El gran número de plantaciones de nogales convirtió a la región, en el primer productor de nuez de la provincia y el lugar donde se elaboran los mejores productos regionales, tales como pulpa de nuez, dulces y jaleas, frutas disecadas y arropes de varios tipos. La vitivinicultura se desarrolla en forma excelente en los distritos de Chañarmuyo, Pituil y Plaza Vieja, elaborándose vinos, grapas y aguardientes de excelente calidad. En la localidad de La Cuadra se puede comprar alfombras, peleros, artículos de campo y algunos enseres para el hogar hechos en forma totalmente artesanal.